lunes, 8 de agosto de 2016

La planificacion urbanistica, el neoliberalismo y la batalla por el lenguaje.

El hecho de que en los últimos años, en la opinión pública se haya relacionado todo lo relacionado con la planificación urbanistica con la corrupción debido a la cantidad vergonzosos casos ocurridos en diferentes lugares de España, en especial en Valencia y en Madrid con el PP no debe hacer renunciar a la izquierda a utilizar esta herramienta para transformar la sociedad. Para conseguir mejorar el derecho a una vivienda digna a las clases populares y para hacer que en nuestros pueblos y ciudades haya menos diferencias entre barrios ricos y pobres.

No hacerlo, significa dejarlo todo en manos del mercado y la especulación, haciendo que solo salgan adelante los proyectos mas rentables y no los de interés social, haciendo que sea mas difícil a las clases populares acceder a una vivienda digna y aumentando diferencias entre ricos y pobres. Eso es neoliberalismo puro. Y es lo que hace el ayuntamiento de Zaragoza en Común cuando anuncia que solo hará pequeñas actuaciones reparadoras para que mantener el status quo y lo llama el urbanismo de las pequeñas cosas. La no intervención del estado, la esencia del neoliberalismo.

Divagando un poco y mirándolo desde la perspectiva de "la batalla por el lenguaje y los significantes" que tanto gusta a los lideres de su partido como Iñígo Errejón, la posición de Zaragoza en Común supone que en esa batalla han asumido que planificación urbanística significa corrupción y especulación y no transformación social (que luego puede ser mas justo o menos justa), es decir que se han rendido completamente al lado neoliberal.

Desde su propia óptica es una rendición igual o mayor de la que ellos acusan a la socialdemocracia cuando habla de crecimiento económico y cosas similares, pero no habrá ningún Vicent Navarro o Eduardo Garzón de turno de la que os vaya a hablar en Público o en otro diario Online.

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