martes, 29 de julio de 2014

De indignados a empoderados...

Ya no se oye hablar tanto de los "indignados", termino tan de moda hace 2 años para referirse a las personas que protestaban contra, el estado de las cosas de entonces, por no decir algo que permita englobar todo. Y la verdad es que en ese termino se metía a gente de ideologías muy diversas, que protestaban contra cosas muy diversas y con motivos y fines muy diversos, no lo voy a reivindicar.

Ahora gran parte de esa gente se ha organizado para canalizar su indignación, algunos han (o hemos, o estamos en proceso de) regenerado las organizaciones en las que ya militaban de diferentes formas, otros se han unido y otros han formado organizaciones nuevas. Esto es tremendamente positivo en todos los sentidos, la gente a definido su indignación y la esta canalizando por el cauce que debe, es muy positivo.

Ahora la palabra de moda es enpoderamiento, que casualmente es de la misma familia de una de las organizaciones políticas de moda que no hace falta nombrar, se puede decir que muchos de estos indignados se han "empoderado". Como decía antes esto es muy positivo, los que estaban indignados con el poder, han pasado a querer acceder al poder (en forma de órganos políticos) o ejercer su poder (entendido como su parte de soberanía ) y lo están haciendo por los cauces debidos, es muy positivo.

Espero que no se les haya olvidado, mas que antes eran indignados, el porque y contra que estaban indignados, contra que actitudes, contra que comportamientos, para que ahora que se han empoderado, no los repitan. De hacerlo así, nada habrá cambiado, la indignación no habrá servido de nada, los discursos, las asambleas las movilizaciones, no habrán servido de nada. Si al pasar de indignados a empoderados y aspirar al poder, repiten los comportamientos que antes les indignaban como medio para tomar el poder, todo habrá sido en vano.

Para finalizar recordar que no solo las desigualdades o la corrupción eran cosas que nos indignaban, también actitudes como la manipulación mediática, el uso de informaciones tergiversadas, las dobles varas de medir con los miembros de mi partido y con los que no son lo son, o la utilización de dramas y muertes desgraciadas con interés político, eran cosas que provacaban nuestro rechazo. Para caer en esas actitudes indignas no es necesario haber conquistado el poder, se puede caer cuando se pelea por el, no hagáis que vuestra indignación hay sido en vano.

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